jueves, 1 de mayo de 2008

Así te lo cuento - 02

A veces destinos y casualidades se tropiezan al girar la esquina y confunden sus respectivos equipajes. Así sucedió aquella mañana en la que la voz remota del tiempo llegó hasta sus oídos trayéndole noticias de un equipaje que había perdido en el cajón de las cosas olvidadas. Reconoció la caligrafía de aquella carta, porque de vez en cuando tenía esa necesidad de creer en historias inventadas. Y aunque no era la carta más hermosa, ni la más extensa ni tan siquiera la más interesante, anotó una nueva frase y la dejó volar como una gaviota, porque era importante que aquel papel llegara más allá del mar.

Celina R.S.

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