miércoles, 30 de enero de 2008

Paseo a casa

Por no mirar el suelo, pisaba la luz que se derramaba como una alfombra anaranjada por la nieve amontonada delante del ventanal. El viejo retrocedió respetuosamente.
Allí dentro seguían los otros, el contrabajista parecía pedir otro vino, el violín tenía en su regazo una morena envejecida. Los últimos auditores se habían unido a los músicos en al mesa arrinconada entre chimenea y ventanal.Risas atenuadas, leves choques de copas caían a fuera a sus viejos pies. Empujó su sombrero por encima de sus orejas, hasta donde llegaba su sonrisa al repasar la noche festiva y se alejó del escenario.
Mientras metía y sacaba sus pies de la nieve profunda para encaminarse a su casa, trozos de su sonrisa empezaban a despegar a un vuelo nocturno helado. ¿Se acercarían a las estrellas? se preguntó el viejo y notó como sus pensamientos se acompasaban a la lentitud de sus pasos hasta llegar al ritmo de cámara lenta. La noche ya cristalina en sí, parecía volverse más nítida aún. Al respirar hondo el aire invernal, se le escapó el suspiro tartamudo de niño que ha llorado largo rato e intenta calmarse difícilmente. Con la media sonrisa que le quedaba y con calma más calma que la noche, sintió su cuerpo más pesado, toda la energía corporal iba a los pensamientos, que a su vez se vagueaban por pasados y futuros campos de nieve.
Como remedio y hundimiento a la vez contra el dolor aterciopelado del alma, empezó a cantar. Burbujas de añoranza en azul-oscuro vibrante emanaron primero de su boca, luego empezaron a bailar florituras, amapolas rojas, brotan nanas, luces matutinas, viento cálido entre cereales. Cantaba con paz interior las calles sin asfaltar, las flores en los patios delante de granjas de madera. Melodiaba sobre las mujeres con sonrisa desdentada, llamando a mesa con ollas llenas de Čorba, sopa caliente apoyadas en sus anchas caderas. De niños con caras mocosas y felices, de cabras volviendo por la noche componiendo sonatas de cencerros, de gallinas cacareando ante milagros huevos. Tejía su amor a la panadera, la belleza de los prados y delantales sucios, el canto sobre las peleas y las fiestas de vecinos, hasta romperse su voz en una sombra. Así, con voz pequeña, añadía música negra sobre el estallo de brutalidad, la nieve tardía de marzo bebiendo sangre, el aire aullando noche y día y – da capo: su decisión. Amar a la vida. Fuera del infierno. Llegado delante de su portal torcido de siglos de Selva Negra vio un muñeco de nieve, con la bufanda roja del niño vecinal. El viejo se quitó el sombrero, lo regaló al muñeco de boca carbonizada y con espíritu ligero se despidió de la noche larga para entrar en su pequeño refugio de madera.

2 comentarios:

Roy dijo...

Natalie,

Eso es la melancolía, pura y dura. Me fascina como creas los espacios, en este caso nevado, el más idóneo para el recuerdo, para imprimir imágenes pasadas en ese blanco lienzo bajo los pies. Una vida entera suspirada en un camino de vuelta a casa y un regalo a un muñeco de nieve como si con ese acto quisiera desprenderse de algo que siempre le acompaña. Me encanta esto.." se le escapó el suspiro tartamudo de niño que ha llorado largo rato e intenta calmarse difícilmente". De todas formas yo miraría la utilización de los posesivos porque creo que no son necesarios y suenan raro:
Empujó su sombrero por encima de sus orejas, hasta donde llegaba su sonrisa al repasar la noche festiva y se alejó del escenario.
Mientras metía y sacaba sus pies de la nieve profunda para encaminarse a su casa, trozos de su sonrisa empezaban a despegar a un vuelo nocturno helado. Tiene demasiados "sus" yo lo cambiaría un poco:Empujó el sombrero por encima de las orejas, hasta donde llegaba su sonrisa al repasar la noche festiva y se alejó del escenario.
Mientras metía y sacaba los pies de la nieve profunda para encaminarse a casa, trozos de su sonrisa empezaban a despegar a un vuelo nocturno, helado.

Es sólo una sugerencia¡¡Se sabe que son suyos porque nos hablas de él por lo que no hace falta la repetición en exceso a no ser que quisieras hacer hincapié en un tema de propiedad, de egoísmo etc...

Me ha encantado el texto una pena no haber podido escucharlo con tu voz y esa entonación teatral tan tuya¡¡¡

Y la melancolía si es el motor de todo proceso creativo, o por lo menos creo que sin ella el mundo no nos sería devuelto de la manera que lo hace, y no nacerían nuestras ganas de reinventarlo.

Nos vemos esta tarde¡¡¡

Natalie dijo...

Danke Roy, por esta critica constructiva. Quitare los "sus", ahora leyendolo a mi misma con voz teatral (en sentido positivo, supongo?!) SU-ena deamsiado su.
Por cierto, luego autopista en obras, salidas cerradas... un lio!