sábado, 29 de noviembre de 2008
Efecto Laguna
Publicado por bonzo en 11:20 1 comentarios
viernes, 21 de noviembre de 2008
El llanto de la excavadora
El lenguaje es a menudo demasiado tangencial y personal para ser comprendido al vuelo por los otros. Algo se pierde, algo que se queda en la pura intención. Y el resultado es muchas veces el equívoco o la falta de comprensión, cuando no el rechazo.
Todos tenemos experiencias que nos hacen deformar el verdadero sentido de las palabras, palabras que nos transportan a momentos concretos, para evocarnos de una forma íntima y profunda, hechos que están vedados al resto de los mortales.
Algo así sucede con los olores de la infancia, por ejemplo. Sí, las palabras tienen olor.
Me pasa con los cementerios, que siempre han sido para mí objeto de curiosidad. Una curiosidad carente de morbo, pero igualmente poderosa que me hace meterme en el primer cementerio que vea en cualquier ciudad desconocida.
En Roma encontré un cementerio detrás de una pirámide de antes de Cristo. El cementerio acatólico le llaman. Allí estaban, para mi sorpresa, nada menos que las tumbas de los poetas Schiele y Keats, o la del presunto ejecutor de Rasputín, el príncipe Yusupov, y también la de un, para mí, desconocido, apellidado Goethe, y que resultó ser el hijo del autor de Werther.
Y de entre todas ellas me saltó a la vista un nombre conocido "Cinera Antoni Gramsci".
Alguien que hacía de guía para un grupo de militares destacó que el latín estaba errado, pues debería decir "Cineres".
Sobre quién era Gramsci no voy a hablar aquí, pero "Le ceneri di Gramsci" es un libro de poemas de Pasolini, escrito en los cincuenta, y además uno de mis favoritos. Recordé los versos de un poema central de ese libro, llamado "il pianto della scavatrice" que no necesitan traducción de tan sencillos y cercanos:
Solo l’amare, solo il conoscere
conta, non l’aver amato,
non l’aver conosciuto. Dà angoscia
Il vivere di un consumato
amore. L’anima non cresce più.
Al ver que toda una lucha había quedado en puras cenizas, que todo lo iba devorando aquella excavadora que parecía llorar afuera del cementerio, mientras construía un mundo nuevo y alejado de ideales más puros, Pasolini debió llorar también, sintiendo que su alma no crecía, angustiado por la pérdida.
Aquella tarde me invadió una sensación extraña, que sigo evocando cada vez que escucho la palabra cementerio, una sensación como de haber entendido el lenguaje perdido de los muertos.
Publicado por Mario en 9:18 2 comentarios
domingo, 16 de noviembre de 2008
Cuando el agua flota
Publicado por bonzo en 17:25 1 comentarios
viernes, 14 de noviembre de 2008
Concurso de Novela Corta
¡Hola chicos!
Os dejo por aquí la dirección web de un concurso de Novela Corta, organizado por la Fundación Canaria Carlos Salvador y Beatriz.
¡Suerte para todos los participantes!
www.carlossalvadorybeatrizfundacion.com
Publicado por Administración Escuela en 13:03 0 comentarios