jueves, 25 de febrero de 2010

REBELION EN EL TECLADO

Delante de la pantalla de mi ordenador y con la ayuda del buscador confirmé que había un programa en la radio donde se convocaba un concurso de relato breve y leerían los tres mejores. Me sentí nerviosa y contenta, las manos me sudaban. Me afané con rapidez en buscar el tema propuesto y lei: "Estoy enfadado".
Al leerlo noté una especie de alteración que afectaba a mi sistema respiratorio y mis glándulas sudoríparas se activaron de nuevo; pero ahora no eran ni nervios ni alegría lo que sentía.
Abrí una hoja en Word y comencé a escribir mi relato. Me acompañaba esa sensación; que no era extraña, pero provocaba en mi siempre la necesidad de desahogo. No teniendo a nadie cerca a quien comentar mi malestar, comencé a golpear el teclado. De repente, "la coma" (,), me chilló.
-¡Nosotros no tenemos la culpa!
Aturdida miré al teclado.
Y fue "la arroba"(@), la que intervino con su voz juvenil:
-Tenían que haberme utilizado a mi. Y nos hubieramos ahorrado éste desasosiego que nos acompaña a todo ahora. Se leería así: "Estoy enfadad@".
-¿Pero qué dices?- le espetó "la barra invertida hacia la izquieda" (/). Para eso estoy yo, para los conceptos alternativos; trabajo muy bien en grupo con mis compañeras la "a" y la "o". Yo soy más elegante que tú. Tú eres cosa de quinceañeros. Tenían que haber escrito ésto: "Estoy enfadado/a".
La "a" y la "o", dándose por aludidas en éste asunto empezaron a escupir sus opiniones. Y el teclado numérico empezó a protestar por el ruido.
Yo desconcertada y ante tal rebelión decidí abandonar mi relato.
No estoy enfadado. Estoy enfadada.

No hay comentarios: