lunes, 12 de julio de 2010

Aquí empieza mi historia. No fue en verano

Llegaba el inverno, yo no había descubierto la sensación que aquella chica me trasmitía. En el transcurso de mi existencia tuve el apego con otras chicas que con aquella, pero la sensación era diferente, sólo tenía catorce años, estaba empezando a despertar en este terreno. Me cambió, me quitó de la mente todo el sufrimiento que había sido mi infancia, estaba preparando mi examen de ingreso en el conservatorio de música y soñaba con que me haría un gran compositor y aquella chica y yo íbamos a revolucionar el grupo musical al que pertenecíamos, y todo iba a ser valorado por los expertos críticos como un revelación. Fue muy corto el periodo de sueños. Cuando todo aquello terminó porque le ví con otro chico, volví a sentirme hundido, tenía apatía y desgana, poco a poco empecé a vivir la etapa más amarga de mi vida, cuando me dieron los resultados positivos de mi examen en el conservatorio empezó otra etapa en la cual aquella visión que tenía, me di cuenta que era una ficción, me empecé a mezclar con auténticos profesionales y caí en una realidad que me trasmitía que con el esfuerzo podía conseguir estar en aquel sueño que viví, con o sin esa persona, solo o no.

De mi primera relación amorosa aprendí que la pasión loca te hace soñar y en esta vida que vivimos los sueños son para los niños, más que ello tenemos que ponernos metas a corto o largo plazo que en un mundo real será lo que nos haga superarnos y en los momentos de descanso podemos soñar. Pero fue un bonito sueño.

Juan Adolfo Cruz Delgado

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