martes, 18 de diciembre de 2007

Orgános de viento.

Volví a casa huyendo de las luces agresivas, de los escaparates asaltantes, del diluvio enojado. Corriendo metí un disco de música relajante y subí al primer piso a quitarme el uniforme del consumista empapado. En cuanto me visto con telas cálidas, dejándome abrazar con su calor, escucho el abrir del portal de la casa. Segura de haber cerrado, noto que ahora mis pulmones se cierran. Una sensación de barro secándose en mi interior, se tensa la superficie de los bronquios, sigue secándose, pierde toda elasticidad la mucosa. Mientras persigo el desarrollo de mis órganos de ventilación, se me olvida respirar. El nuevo crujido de una llave abriendo el cerrojo al fuerza hace que la pieza de alfarería que se ha ido horneando en mi interior estalla en mil pedazos, en miles de granos de polvo. De polvo somos – empiezo a recitar, consciente de mi fin por el asalto de un sucio ladrón. Un silencio sospechoso me deja un momento para acordarme de haber abierto el equipo de música sin poner el disco, se cierra solo al no estar utilizado, al quedarse vacío. Una vez más me dejé engañar por fantasmas. El miedo de quedarme con la espalda contra la pared, atrapada, sola me persigue, a cada vuelta de la esquina me espera y mi cuerpo obedece cada vez más fiel a mis fantasías. No supero mi propia imagen reflejada en sus pupilas negras matones... Veo mi yo encogida, acordonada por sombras, alientos wodkaenses, vocerío, disparos lejanos ... (así sería el texto una introducción a un incidente del pasado, habría que lijar este evento, claro...) Por fin respiro, desconfiada. Temiendo el siguiente ataque de manía de persecutoria, meto el CD que hace sonar olas, echando su respiraciones profundas a orillas lejanas.

Natalie Lazar

3 comentarios:

Natalie dijo...

Es otra version del ejercicio de un organo conectar con estado conciencia.
Lo que esta en cursiva es lo retocado. Leyendolo sin las partes cursivas es el texto antiguo. La justa crítica de la profa (gracias por no contentarte, A.!) era: “El final desconcierta un poco porque connota con un miedo a algo desconocido que no termina de enlazar con la historia a la que obviamente le falta el origen del miedo.”
Así que he añadido cosas. ¿Funciona mejor? Aunque sigue siendo un esbozo, un principio de una narración, y quiza el maton es demasiado fuerte. Depende...

Roy dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Roy dijo...

A mi me gusta la idea, sin embargo me gustaba más cuándo el miedo era a su propia persona, quizás a que no sabe estar solo y aborrece tanto el ruido como el silencio, no se encuentra...por otro lado el miedo a que "algo" entre en tu espacio también está bien...a mi me sigue gustando tanto como antes. Pero es cierto que se entiende mejor.