domingo, 6 de abril de 2008

DESCUBRIÉNDOTE

A esas horas en las que el tiempo es huérfano de sí mismo, cuando la madrugada ríe libre por no ser esclava del ayer ni del mañana, doblo la almohada bajo mi cabeza para pintarte durmiendo a mi lado.

Tranquilamente. Contemplar tu rostro. Sin prisas. Regocijarme en cada detalle del espejo de tus adentros, sin que tus ojos inseguros me lo impidan. Intentar desentrañar los misterios de ese cristal turbio, miopizado para mí, pues todavía no tengo el gusto de conocerte como es debido.

ARIEL DEL TORO

No hay comentarios: